Era una mañana fría, húmeda, gris puesto que la niebla aun
no había comenzado a desaparecer y el
sol aun con sus rayos había podido comenzar a calentar el día. La sabana
africana comenzaba a despertar y los animales que viven durante la noche volvían
al calor de sus madrigueras hasta que la oscuridad reinara de nuevo.
Una manada d elefantes estaba celebrando el ritual de la
despedida de uno de ellos, de le mas anciano de todos al que ya le había llegado
su día de partir a mundos mejores, no había tristeza todo lo contrario incluso había
jubilo ya que el elefante anciano había podido llegar al final de sus días y ya
tenía un largo recorrido a sus espaldas, los elefantes comenzaron a despedirse sabiendo
que en el transcurso de unos años se reencontrarían con su anciano amigo,
padre, compañero, y en definitiva una criatura fiel a los suyos.
Este anciano elefante ya muy arrugado por el paso de los
años, con solo un colmillo ya que el otro lo había perdido en una de tantas
batallas por defender a los suyos, las orejas ya las tenia rasgadas por infinidad
de sitios y podían verse en su dura piel cientos de cicatrices de las luchas
por defender su vida y la de los suyos.
Este elefante estaba feliz, había visto crecer a algunos de
sus hijos, no ha todos ya que alguno de ellos se había quedado en el camino a
temprana edad devorado por algún que otro animal salvaje de la sabana, pero él
estaba feliz había conseguido su propósito que no es otro que mantener a su
especie sobre la tierra dejando en sus hijos su mejor legado que son sus genes
de guerrero y de compañero fiel, no hay mejor regalo para dejar a unos hijos
que la genética, ese regalo no tiene precio en el mercado.
Tras despedirse de todos, comenzó su largo viaje hacia el
cementerio de elefantes sin mirar a tras, no era el momento de hacerlo, los
bramidos de sus compañeros se podían escuchar a cientos de kilómetros, este
elefante con paso cansino ya por su edad estaba muy orgulloso de lo que dejaba atrás.
En su paso firme pero lento paso cerca de una charca y decidió
pararse a beber, cuando de repente escucho a una pequeña rana verde que lloraba
desconsolada, el elefante que aunque tenía prisa por llegar a su destino final
no podía dejar aquella ranita desconsolada y caminar hacia delante sin más, no
iba estropear tantos años de una buena conducta por unos instantes finales, por
lo que se acerco a la ranita y le pregunto, ¿Qué te sucede pequeña ranita?
La ranita alzo la mirada y ante aquella imponente figura se escondió
detrás de unas hierbecitas al borde de la charca, el elefante medio riéndose del
susto que le había propinado le dijo, no voy a acerté daño solo quiero saber cuál
es tu mal que tanto te hace llorar quizás pueda ayudarte.
La ranita en principio tímida y todo hay que decirlo aun
asustada salió levemente de entre las hierbas, el elefante en un gesto de
cariño acerco su larga y arrugada trompa y le dijo súbete a mi trompa y así
podremos charlar mejor mirándonos a los ojos, la ranita perdió por completo el
miedo y de un gran salto se subió a su trompa el elefante que con sumo cuidado
la acerco a uno de sus ojos para comenzar dicha conversación, y le pregunto de
nuevo ¿Qué males tienes que tanto te hacen llorar?
La ranita tras un gran suspiro de tristeza le dijo, amigo mío
todo me sucede a mí, al principio de la creación el agua abundaba por doquier y
yo podía poner mis huevos en cualquier lado y al poco tiempo mis miles de
retoños nadaban por doquier, ahora el mundo se está secando y no tengo apenas
lugares donde poner mis huevos por lo que estoy a punto de desaparecer del
planeta.
El elefante se quedo pensativo y tras unos instantes le respondió, no te preocupes querida amiga la naturaleza
es muy sabia y al igual que tu hace muchos siglos solo podías vivir dentro del
agua supiste evolucionar y ahora puedes respirar fuera del agua y vivir mucho
tiempo sin ni siquiera acercarte a este liquido elemento, pues tus hijos se
modificaran para mantener la especie y comenzaran a respirar sin necesidad de
estar en el agua, y por otra parte algunas de tus hermanas de especie viendo la
que se avecinaba ya han comenzado a buscar formas alternativas de poner sus huevos
en otros sitios que no sean charcas, así que no te preocupes que no tu especie
no va a desaparecer de la tierra.
La ranita se quedo muy contenta ante aquellas maravillosa
palabras y ni corta ni perezosa comenzó a buscar alternativas donde de colocar
sus huevos.
El anciano elefante más contento aun que cuando comenzó su
camino prosiguió su ruta.
No había caminado ni 200 metros cuando vio unas bayas preciosas
y rojas y no pudo reprimir sus ansias por probarlas, cuando estaba dándose su último
festín, comenzó a oír llorar desesperadamente, tras buscar de donde salían
aquellos llantos vio a una hembra de tigre preciosa y majestuosa y le pregunto
¿querida amiga que es lo que te aflige?
La tigresa le respondió, es que todo me pasa a mí, esa raza
que a si misma se denomina superior a matado ayer a toda mi familia, a mi
pareja, a mis cachorros, y estoy triste por eso.
El elefante medito las palabras de su nueva amiga y mientras
estaba meditando, la tigresa medio enfurecida grito, y solo los matan para
hacer alfombras y ponerlas en sus casas y poder presumir.
El elefante comenzó a mirarla con dulzura y le comento esos
humanos no solo han matado a tu familia a dos de mis hijos cuando ya eran
adultos los mataron simplemente para coger sus colmillos dejando el resto de su
cuerpo pudriéndose al sol, pero no te preocupes, estos humanos no les queda más
remedio que evolucionar hacia una sociedad más justa más humilde y más
solidaria y tendrán que mirar de nuevo al cielo azul a las estrellas y volver a
vivir en armonía con la naturaleza, y si no lo hacen se verán abocados a la destrucción
y a la desaparición de su propia especie, por lo tanto no te preocupes que en el
transcurso de unos años ya sea por una causa u otra los humanos no nos
molestaran mas.
La tigresa sonrió pues había comprendido las palabras del
sabio elefante, mientras que el elefante con una sonrisa de complicidad le dijo
y no te preocupes que el tiempo lo cura todo y encontraras a otro tigre con el
que volver a tener una familia.
La tigresa cada vez más contenta ante aquellas palabras de
apoyo y cariño demostradas por su nuevo amigo, esbozo una sonrisa.
En aquel momento apareció un hermoso tigre blanco de los que
casi ya no quedan, era un macho precioso, fuerte, aguerrido y por fortuna para
la tigresa muy cariñoso. El tigre se acercó a los dos amigos y les pidió unirse
al la conversación, comenzaron a charlar amistosamente y tras unos minutos en
los que el elefante recordó hacia donde estaban dirigidos sus pasos se despidió,
los dos tigres se quedaros juntos charlando de sus aventuras y quizás quién
sabe si preparando una vida en común.
El elefante estaba que no cabía en su imponente cuerpo lleno
de alegría, tras antes de partir había dejado a sus nuevos amigos felices y en compañía.
Ya cuando estaba llegando casi a su destino y quizás por
desgracia para el se encontró con una manada de leones hambrientos y dispuestos
a que el elefante fuera su desayuno.
El león líder de la manada se le acerco arrogante y le dijo,
todo te pasa a ti, no vas a poder llegar a tu destino ya que te vamos a matar aquí
mismo y te vamos a devorar.
El sabio y anciano elefante, miro al león y sonrió y le
dijo, gracias su majestad….
El león se quedo atónito ante las palabras del elefante y le
dijo de nuevo, tú has entendido bien, te vamos a matar y a devorar y tú me das
las gracias.
El elefante volvió a mirar al león y volvió a sonreír miro
uno por uno a todos los miembros de la manada y les dijo con voz rotunda. Os vuelvo
a decir gracias…
La manada de leones comenzó a cambiar su actitud y pasaron
de la agresividad a la sorpresa y comenzaron a sentarse uno a uno haciendo un círculo
alrededor del elefante.
Este también se sentó y comenzó a hablar con todos ellos, os
doy las gracias ya que en mi vida he sido inmensamente feliz, he criado a mis
hijos como mejor supe, he cuidado de mis parejas con cariño y lealtad y ya cuando
venia hacia mi camino he podido ayudar a dos amigos antes de finalizar mis días
a que sean más felices y ahora en mi último aliento y a pocos metros de mi destino
final donde iba a dejarme morir, aparecéis vosotros y me decís que me vais a devorar,
eso que en otras épocas de mi vida hubiera servido para que más de uno de
vosotros leones estuvierais partidos por la mitad hoy me hace muy feliz ya que
en mi ultimo día voy a ser alimento para una manada de hoy amigos y les saciare
su hambre y podrán continuar sus vidas algunos días más, mi carne no se pudrirá
al sol cuando me muera sino que servirá para que otras vidas puedan continuar
en su camino.
Los leones comenzaron a llorar ante aquel gesto de
generosidad y una de las leonas la mas mayor
del grupo y que era la madre del líder de dicha manada dijo en voz
rotunda, gracias a ti por este gesto que te honra y aunque mi hijo es el líder de
la manada quien realmente dice que se tiene que hacer aquí soy yo, y te vamos a
permitir que mueras donde tu habías decidido y cuando ya estés muerto y como es
tu deseo para que tu carne no se pudra al sol nosotros iremos y será entonces
cuando aprovechemos para comerte y saciar nuestro apetito.
El elefante acepto la propuesta y les dijo gracias por
permitirme morir a mi manera y gracias por después de que yo muera aprovechar
mi carne, así mi energía estar dentro de cada uno de vosotros y no abre
desaparecido en mi ultimo día en balde.
Todos los leones aceptaron de buen gusto la propuesta y se dirigieron
a un árbol cercano a tumbarse a la sombra mientras el elefante recorría sus últimos
metros para llegar a su fin.
El elefante llego a su destino y se tumbo plácidamente mientras
miraba el cielo y una lagrima recorrió su mejilla arrugada, no era una lagrima
de tristeza era una lagrima de alegría por el trabajo bien hecho y porque
incluso después de haber muerto podría continuar ayudando.
Moraleja: siempre pensamos que lo peor nos ha pasado a
nosotros, pero no tenemos más que levantar la mirada, ver alrededor para comprobar
que siempre hay alguien que está peor y pasándolo más mal que nosotros, hay que
conformarse con la vida que nos toco vivir y ser felices ya que cuando nos
llegue el momento de partir y echemos la vista atrás comprobaremos que hemos
dejado huella y que nuestro paso por la vida no ha sido en balde.
Como diría nuestro sabio elefante, simplemente tenemos que
evolucionar.
santiastur 2012
ME TOCÓ EL CORAZÓN. PRECIOSO... GRACIAS!!!
ResponderEliminarM A L I Y A
Precioso Santi!!! Gracias por el mensaje que transmites!!! Un abrazo
ResponderEliminarMe olvidé decir que soy Mario Ortega...
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