(Esta es la segunda parte del cuento la visita nocturna al pequeño
niño)
Este niño que recibía
esas visitas nocturnas comenzó a sentiré una cosas que no había sentido nunca y
en su vida cotidiana comenzó a tener algunas sorpresas, entre estas sorpresas y
tras pocos días de recibir la primera visita de aquel maravilloso ser, una de
las cosas que empezó a ver era un halo de luz alrededor de las personas y que
dependiendo de qué persona se tratara tenía un color diferente, cuando conocía alguna
persona nueva ya por el color que desprendía su cuerpo sabía si podía confiar
en ella o no.
Este niño se lo comento a su madre ya que sabía que ella le creería
y así fue ella no lo dudo en ningún momento.
Tras varios meses desde que comenzara a poder ver esta luz
en las personas este pequeño niño comenzó a dominar un poco aquel maravilloso
don.
Comenzó a leer libros y a informarse de las distintas
tonalidades que podían suponer, en algunos casos los libros eran más grandes
que el propio niño ya que os recuerdo que este niño tenía 8 años.
Un día y mientras estaba jugando con sus coches en el suelo
de su habitación, por la puerta entro su madre a decirle que ya estaba
preparado el café para merendar, el niño la miro asustado y sorprendido y se
dio cuenta que el color que desprendía su madre ese día rea distinto, su madre
le noto la expresión de su cara y le dijo que te pasa hijo me estas asustando,
en ese momento el niño le dijo muy rotundo, mama mañana vete al médico, la madre
sonrió y le dijo me encuentro muy bien, no me duele nada, pero el niño insistió
mama mañana vete al médico, su madre se asusto mucho y por unos instantes dudo
es si iría al médico o no, pero como confiaba plenamente en su pequeño hijo le
hizo caso y fue al médico.
Como se encontraba bien y no le dolía nada al llegar al médico
le dijo que se sentía débil y que si le podía hacer una analítica para ver si tenía
anemia, el médico le preparo los papeles para dicha analítica y la cito
para que fuera a recoger los resultados.
El día que fue a por los resultados el médico le dijo, menos
mal que te has hecho estos análisis, si no te los llegamos a hacer podrías haber
muerto, la mujer se quedo pálida y pregunto que cual era la causa que le medico
le dijera eso. El médico con la analítica en la mano le dijo tienes marcadores
en la sangre que nos indican que tienes un tumor, así que ahora mismo te vas
para urgencias y que te exploren hasta que den con su ubicación, rápidamente esta
mujer se fue para urgencias y tras varios días ingresada en el hospital dieron
con la ubicación de dicho tumor y pudieron darle un tratamiento para su cura,
eso sí le advirtieron que si no hubiera sido por aquel análisis que ellos creían
que había sido por casualidad, pero que había sido por que el niño le dijo a su
madre que fuera la medico, como decía le advirtieron que si lo llegan a
detectar unos meses después no tendría cura y sería fatal.
El niño había salvado la vida de su madre y estaba muy
contento y feliz y continuaba jugando con sus coches como si nada hubiera
ocurrido.
Tras varios meses de tratamiento el niño un día miro a su
madre sonrió y le dijo mama puedes estar tranquila ya tienes tu color natural,
ya estas curada, la madre le abrazo y le dio un fuerte beso.
El niño de nuevo cogió sus coches se volvió a tirar en el
suelo y continuo jugando.
Casi se me saltan las lágrimas, un relato enternecedor, que niño más valiente, lleno de luz, y ese amor incondicional de su madre.
ResponderEliminarMarta Embid.