Hola amigos esta es la segunda y definitiva parte de este
cuento, para los que no leísteis la primera este es el enlace de dicha primera
parte.
Un fuerte abrazo para todos.
Por las calles de aquella pequeña ciudad, comenzó a recorrerlas
por todos lados una densa neblina que iba brotando poco a poco del suelo y que según
iba alcanzando altura se espesaba rápidamente y prácticamente hacia invisibles
a las casas. Por momentos solo era visible y debido a las luminarias que de
ella brotaban la casa donde comenzó todo el suceso. Los niños continuaban palideciendo
y muchos de ellos su tonalidad ya casi alcanzaba el blanco.
Lo más sorprendente de todo es que nada les impedía abandonar
la ciudad, ninguna fuerza les ataba a continuar sumergidos en aquella fría y
dura pesadilla, pero nadie era capaz a dar el primer paso para irse del lugar,
es mas ni siquiera lo pensaban.
Pronto los sucesos comenzaron a ir a mas, a los más ancianos
del lugar se les comenzó a arrugar la piel como si todos tuvieran más de 150
años y sus ojos comenzaron a adquirir la tonalidad que tienen los ojos de los
peces cuando los haces al horno, se les habían puesto blanquecinos, habían perdido
casi el iris y ya no había brillo en su mirada, estaba totalmente opaca.
Los hombres y mujeres de mediana edad a los que los efectos
aun no les habían llegado estaban atónitos al ver a sus hijos y a sus padres de
aquella forma tan espectral, pero no abandonaban estar a su lado aunque
realmente les costaba mucho trabajo debido al miedo que les circulaba por todo
el cuerpo.
Pronto y como si de un terremoto se tratara las casas
comenzaron a caer sobre sí mismas y uniendo la polvareda que soltaban en su demolición
espontanea a aquella densa niebla que recorría la ciudad el ambiente se convirtió
en irrespirable.
Todos pensaban que ya había llegado el fin de sus vidas pero
no conseguían saber cuáles eran las causas por las que aquello estaba
sucediendo.
Pasaron los días y aquella ciudad ya fantasmal continuaba en
su declive y comenzaban a escasear los pocos alimentos y agua que tenían,
comenzaron los comentarios que si aquello continuaba así tendrían que comenzar
a sacrificar a algunas personas para alimentar al resto de la comunidad, pero
claro por otro lado las dudas les invadían ya que los niños parecían estar
enfermos con una enfermedad endemoniada y los ancianos apenas les quedaba carne
en aquellos cuerpos tan arrugados.
Y mientras en la capital del reino nadie se había dado
cuenta de lo que en aquella pequeña ciudad estaba sucediendo, eran totalmente
ajenos a aquellos acontecimientos.
Pero un día y casi por casualidad, un joven que hacía pocos días
que había adquirido su cargo en el departamento de finanzas recupero aquella
carta que desde la ciudad les habían enviado hacia ya muchos meses y en la que
solicitaban ayuda y alimentos.
El joven ni corto ni perezoso preparo un plan de rescate
para aquella ciudad y se lo propuso a sus superiores, todos asintieron en que
era necesario enviar los recursos que el joven había destinado para aquella
ciudad fantasma.
La comitiva se puso en camino con grandes carros con comida
y una gran cantidad de dinero para repartir entre los miembros de la ciudad.
Pero cuando llegaron a la ciudad encontraron la noche más
cerrada y prácticamente no quedaban casas en pie, solo la primera donde todo comenzó
y que como un faro en la noche avisa a los barcos, con sus luminarias daba algo
de luz al tétrico paisaje.
El joven que era el encargado de dirigir la comitiva les
pregunto a los ciudadanos que es lo que había sucedido en el pueblo, pero nadie
tenía una respuesta coherente, es mas ni siquiera tenían respuesta.
Un mozuelo de la comitiva que apenas tenía doce años y que había
ido acompañando a su padre en el viaje, se acerco al joven y le dijo, “no le
des más vueltas, yo sé lo que ha pasado” todos le miraron sorprendidos y le
animaron a que les diera la respuesta, el niño no lo dudo y comento
rotundamente “esta ciudad está sumida en el olvido, y cuando te olvidas de algo
para siempre poco a poco desaparece,el tiempo lo consume todo” como estaba desapareciendo aquella pequeña
ciudad olvidada ya por todos.
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