Erase una vez una joven que granjera
que tenía una granja de un tamaño muy considerable para trabajar en ella sola,
estaba muy triste ya que muchas de sus cosechas y por falta de tiempo no las podía
recolectar y se le echaban a perder. Un día un grupo de personas que pasaban
cerca de la granja y contemplaron la tristeza de aquella joven decidieron ni
cortos ni perezosos ayudarla, no le pedían nada a cambio solo que les diera un
lugar donde dormir y la comida diaria, la granjera muy contenta acepto rápidamente
aquella bonita propuesta y comenzaron a trabajar todos juntos.
Con el paso de los meses en el
pueblo comenzó a correr el rumor que la granja iba viento en popa y todos
comentaban lo productiva que era y lo bonita que la estaban dejando.
Un grupo de aprovechados del pueblo y que no querían
otra cosa que quedarse con aquella imponente granja comenzaros a adular día
tras día a la joven granjera y a decirle que si mejoraba esto aquí o esto allá
todo le iría mejor, la granjera en un principio no hizo mucho caso de aquellas
palabras y continuo con sus amigos haciendo cada día la granja más productiva.
Los aprovechados dieron otra vuelta de tuerca más
a sus actuaciones y comenzaron a colmar a la joven de bonitas palabras y a
decirle que si ellos le ayudaban en la granja los beneficios serian aun mucho
mayores. Poco a poco consiguieron convencer a la granjera ya que día tras día
le decían que era la mejor que nunca habían conocido a una granjera como ella y
que aun podían mejorar el funcionamiento de dicha granja y claro está la joven
muchacha ante tanta adulación y un poco con el ego subido se rindió a este
grupo de aprovechados.
Lo primero que le dijeron el grupo de aprovechados a la joven es que tenía
que desprenderse de todos aquellos amigos que la ayudaron sin pedir nada a
cambio ya que no eran lo suficientemente rentables para la granja, la joven ni
corta ni perezosa se enfado con sus amigos (los que cuando estaba sola le
ayudaron a reflotar su granja) y les dijo que se fueran ya que su ayuda no era
necesaria.
Los amigos de esta joven chica muy tristes por lo que había sucedido,
pero como la querían y apreciaban de verdad se fueron de su lado y ella se
quedo con aquel grupo de aprovechados que continuaba diciéndole un sinfín de
maravillas para que la granjera callera aun mas en sus redes.
Poco a poco estos aprovechados fueron dando de lado a la joven granjera
y tomando ellos mismos todas las decisiones importantes que había que tomar
para continuar con el buen funcionamiento de la granja y finalmente se quedaron
con toda la extensión de tierras de la joven y la echaron a la calle sin mediar
palabra.
La joven se quedo sola y sin granja y recordaba muy triste a todos
aquellos amigos que en un principio le habían ayudado sin pedirle nada a cambio
y recordando que si se hubiera quedado a su lado nunca hubiera perdido la
granja.
Moraleja: cuídate de los que te
adulan los oídos criticando a tus amigos que un día u otro serás tu el
criticado
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