Una tarde de un año cualquiera el mundo vivía en un miedo continuo
a que se pudiera producir por parte del sol una gran tormenta que dejara al
mudo totalmente apagado y con ese miedo diario las personas de muchos países Vivían su día a día. En otras partes del mundo Vivían totalmente ajenos a este
acontecimiento ya que la única electricidad que veían de vez en cuando no era
otra que la propia naturaleza creaba en forma de rayos.
Una mañana mientras todo el mundo estaba en su trabajo o en
sus quehaceres de repente en varios países del mundo se produjo este apagón que
tanto se temía, las personas estaban totalmente perdidas, no sabían que podían hacer,
lloraban al ver todo apagado, se habían quedado sin nada, sin sus ordenadores,
sin sus móviles, sin sus coches. Sus casas totalmente apagadas en las que
apenas podían preparar la comida ya que la que no se perdía, no había forma
posible de calentarla o cocinarla. Y mientras en la otra franja del mundo
continuaban con su vida como si nada, alimentándose como siempre, con su vida
sin ningún cambio, para ellos todo estaba como siempre.
La verdad es que muchas de las personas que lo perdieron
todo no supieron rehacer su vida y por desgracia comenzaron a perecer, de
tristeza, de hambre, de enfermedades. Y el antiguamente denominado tercer mundo
no hacia más que crecer ya que para ellos nada había cambiado.
Mientras tanto en un gran despacho de una gran mansión escondida
de los ojos curiosos un grupo de hombres y mujeres, brindaban con todo el confort
que puede dar la calefacción encendida en un mes de frio, con una gran cena en
la que no faltaba de nada charlaban y reían, orgullosos de lo que habían logrado.
Ya en el brindis final de esa lujosa fiesta en la que no faltaba de nada con un
derroche de luces de colores música y demás cosas imaginables, el que parecía llevar
la voz cantante dentro de aquel concurrido grupo de personas, poderosas dijo: “esta
vez sí que hemos triunfado y hemos puesto a nuestros pies a la humanidad, el
quitarles la luz y todo lo que esto conlleva ha sido nuestra mejor victoria y lo mejor de todo es que
culpan al sol, jajaja, pobres ilusos si supieran la verdad, jajaja”
Pero estos poderosos se toparon con un enemigo al que no habían
calculado y eran esos miles de pueblos que nunca habían tenido luz y que no la
necesitaban para nada, y estos pueblos fueron evolucionando pero no en el
sentido que todos creeríamos de ser dependientes de la luz, no estos pueblos
realizaron su evolución enfocada de otra forma de otra manera a la que estos
poderosos no se podían enfrentar, no le necesitaban para nada, su vida en
contacto con la naturaleza y sacando de ella todo lo que les era necesario para
vivir los hacía totalmente independientes.
Poco a poco este grupo de poderosos se fue quedando sin
humanidad que controlar y dirigir y fueron perdiendo todo su poder y su dinero
era agua en el mar. Se quedaron solos y ya sabemos que la soledad es muy mala.
Y así comenzó una nueva era, una era de libertad, de volver
a vivir con la naturaleza, de ser de nuevo y aunque parezca mentira, de ser
FELICES.
Moraleja: la vida la hacemos nosotros como queremos, sin
ataduras de ningún tipo y sin escuchar indefinidamente a los que tienen el
poder, ya que estos no luchan por nuestra felicidad, ellos luchan por
dominarnos.